Las fundaciones y organizaciones
que apoyan a niños con cáncer no pueden realizar esta labor sin ayuda, se
necesita de donadores y voluntarios que hagan esto posible.
Contestando a la pregunta... ¿y yo qué puedo hacer?, les sorprendería saber que hay
muchas formas de ayudar, la más común es hacer donaciones económicas y que
las fundaciones administren los recursos según las necesidades de la región
donde apoyan, pero también los donativos pueden ser en especie, ya sean
pelucas, alimentos, artículos de higiene personal, ropa, zapatos, mobiliario,
juguetes y juegos de mesa o recursos más especializados como medicamento
oncológico, periférico pediátrico, suministros del banco de medicamentos o
suplementos alimenticios. Sin olvidar claro la donación de sangre y/o
plaquetas.
Ocasionalmente se hacen campañas para
recaudar fondos como boteo en calles y semáforos; conciertos u otros
espectáculos sociales de beneficencia, apoyo a
hospitales con infraestructura para mejorar los servicios además
de convocatorias públicas y privadas para captar
recursos.
Sin embargo, no todo es material. Luchar
por la vida requiere de un gran apoyo emocional, ahí es donde entran los
voluntarios para servicio comunitario: sus labores van desde jugar y convivir
con los niños y sus familias, apoyar en el
tratamiento de algún paciente, hospedaje, transporte y cuidado hasta el
acompañamiento asistencial y emocional.
Ver la
sonrisa de un niño que día a día se esfuerza por recuperar la salud es una
experiencia que marca tu vida para siempre, al final, es más lo que ellos te
dan que cualquier apoyo que puedas brindarles. Si en sus manos está el ayudar, no lo duden, les aseguro que es una de las cosas que más los enrgrandeceran como seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario